domingo, 6 de febrero de 2011

Comentario de un plano urbano

Esta es una ciudad claramente marcada, tanto en su origen como en su posterior desarrollo,
por su situación geográfica, abierta al Mediterráneo y rodeada por dos cerros, en los que se levantan sendos castillos. Su origen, por tanto ha tenido en cuenta las posibilidades defensivas que le aportaban el mar y los cerros que en seguida se constituyeron en lugares defensivos de la ciudad, al levantarse en ellos las fortalezas. Además el mar le aportaba posibilidades económicas tanto en la dedicación a la pesca como en un comercio con otros lugares ribereños del Mediterráneo. Entre el Castillo de Santa Bárbara y la línea de costa observamos la ciudad medieval, pequeña, y con el plano anárquico típico de la época: calles cortas, estrechas e irregulares, con un entramado cerrado y con pocos espacios libres. Aquí subsistirán aquellas construcciones y monumentos propios de la ciudad preindustrial medieval. En este casco histórico, las funciones predominantes serán terciarias: pequeños comercio, establecimientos de hostelería, instituciones alojadas en edificios con interés histórico-artístico. En esta parte de la ciudad la función residencial ha perdido importancia. Tiene muchos problemas: de tráfico, al no estar diseñada para el tráfico de vehículos, contaminación y también problemas de degradación urbana, al haber huido la burguesía de este lugar en el siglo XIX, incluso se podrá dar un cierto chabolismo de infraviviendas en las casas más degradadas que han sido ocupadas por las clases menos desfavorecidas. Para solucionar estos problemas, los ayuntamientos dedican una parte de su presupuesto a las labores de rehabilitación de los edificios singulares y de renovación del resto, produciéndose un proceso de gentrificación, durante el cual los habitantes originarios son desplazados por otros con mayor poder adquisitivo.
Al oeste de la zona medieval aparece una zona que, sin llegar a la organización típica de los
ensanches decimonónicos, presenta una estructura un tanto más ordenada. Debe corresponder,
muy posiblemente, al crecimiento de los siglos XVII y XVIII. Ambas zonas estarían amuralladas,
quedando extramuros los arrabales situados al noroeste. En estas zonas se mantendrán edificios históricos y también será centro de instituciones administrativas e incluso financieras.
Al norte y al oeste de este casco antiguo, nos encontramos con el ensanche de fin del siglo XIX cuando se derriban las murallas y la burguesía demanda unas viviendas con mejores comodidades y viales más amplios por los que puedan pasar carruajes de paseo y de transporte. El plano es de tipo cuadriculado, siguiendo el
modelo de los ensanches ya efectuados en esa fecha en Madrid o Barcelona: calles largas y
amplias que forman manzanas cuadradas, con dos vías perpendiculares principales y una plaza
circular central. En la morfología del ensanche se aprecian claramente las limitaciones de
crecimiento de la ciudad, tanto por el mar como por las montañas que la rodean por el interior.
La situación costera de la ciudad obliga, como en el caso similar de Barcelona, a un crecimiento
lineal (a lo largo de la línea de costa). La presencia del ferrocarril impone, además, la existencia
de un amplio espacio entre la ciudad y la costa, lo que, en cierto modo, aísla a una de la otra, al
constituir el tren una barrera física (situación similar también a la que se daba en Barcelona hasta
las reformas efectuadas antes de 1992).
Por último existe un segundo ensanche de crecimiento urbano realizado en los años 60 del siglo XX cuando se produce el gran éxodo rural que vació los habitats rurales de personas que acudieron en masa hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades. A ellos se unieron los habitantes foráneos, tanto de la Unión Europea, en búsqueda de mejor clima y mayor poder adquisitivo para sus pensiones, como los inmigrantes extracomunitarios que atraidos por el desarrollo económico del año 2000 al 2007, vinieron a España en busca de mejores posibilidades de progreso. Por ello la ciudad ha crecido en "mancha de aceite" con un urbanismo planificado con planos ortogonales, duplicando su población en los últimos 50 años. Han quedado inmersos en la ciudad los dos cerros defensivos, ahora establecidos como parques para los habitantes. Además los polígonos industriales e infraestructuras se sitúan en la periferia, también con un urbanismo planificado.
Es una ciudad dedicada al turismo, al transporte de mercancías y viajeros por mar, ya que tiene un gran puerto, situada en las orillas del Mediterráneo.

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