lunes, 9 de diciembre de 2013

Contaminación atmosférica. Diario El País

La contaminación mata incluso en concentraciones legales en Europa

Un estudio publicado hoy en 'The Lancet' asegura que el aumento de 5 microgramos por metro cúbico de exposición anual a las PM2,5 eleva el riesgo de muerte un 7%



Barcelona ha reactivado el protocolo por contaminación. / Carles Ribas
Varios estudios han medido hasta la fecha el efecto en la salud a corto plazo de las partículas PM2,5, de diámetro menor a 2,5 micras y procedentes en gran medida de los vehículos con motores diésel. Sobre su efecto a largo plazo, sin embargo, apenas había investigaciones. Hoy la revista The Lancet publica un trabajo con datos de 22 grupos de estudio de toda Europa que incluyen a 367.251 personas a las que los investigadores han seguido durante cerca de 14 años. Sus conclusiones son preocupantes para quienes viven en áreas con alta contaminación: por cada incremento de 5 microgramos por metro cúbico (mg/m3) en la exposición anual a las PM2,5 el riesgo de morir por causas naturales aumenta un 7%.
Las también llamadas partículas finas son el contaminante que más preocupa actualmente a los expertos. Son peligrosas porque, debido a su pequeño tamaño, penetran fácilmente en las vías respiratorias y provocan inflamación. La legislación europea ha fijado un límite anual máximo de concentración de PM2,5: 25 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, cada vez más expertos en salud y calidad del aire cuestionan este límite por ser excesivamente permisivo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que hay afectación para la salud a partir de 10 microgramos por metro cúbico de media anual. El estudio de The Lancet afirma, efectivamente, que la contaminación mata incluso por debajo de los límites europeos.
"Una diferencia de 5 microgramos por metro cúbico se puede dar entre una ajetreada carretera urbana y un lugar sin tráfico", explica el director del estudio, el doctor Rob Beelen, de la Universidad de Utrech, en Holanda. "Nuestros resultados confirman las evaluaciones del impacto sobre la salud de las partículas finas en Europa, que se han basado casi en su totalidad en estudios estadounidenses", añade.
Los investigadores usaron datos del European Study of Cohorts for Air Pollution Effects (ESCAPE), el Estudio europeo de los efectos de la contaminación ambiental en grupos de población. Emplearon datos de 22 grupos de estudio repartidos por 13 países europeos, a los que siguieron de media durante 13,9 años. Situaron el lugar donde vivían estas personas y obtuvieron las concentraciones de partículas 2,5 y otros contaminantes como el dióxido de nitrógeno en esas zonas. Además, estudiaron la intensidad del tráfico en esas áreas (vehículos por día en la carretera más cercana y tráfico total en todas las vías en 100 metros a la redonda) y ajustaron al análisis estadístico cuestiones como la hipertensión, la actividad física, la diabetes o el colesterol de los participantes. 
De los 367.251 individuos participantes, 29.076 murieron por causas naturales durante los 14 años de seguimiento. El estudio concluye que hay una asociación clara entre la mayor concentración del PM2,5 y el riesgo de muerte por causas naturales. También señala que esa asociación es muy evidente en los hombres, y no tanto en las mujeres, aunque no explica a qué puede deberse.
Un grupo español del Instituto de Salud Carlos III también ha estudiado el efecto de las partículas 2,5 en la salud, pero a corto plazo, en concreto, en las hospitalizaciones. Según sus trabajos, las PM2,5 resultaron ser el único contaminante primario "estadísticamente significativo en todos los modelos", es decir, el que siempre se asociaba a problemas de salud. El estudio comprobó que cada incremento de 10 microgramos por metro cúbico de contaminación suponía un 3,8% más de ingresos hospitalarios

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cambio climático. Diario El País

La huella empresarial en el clima

Casi dos tercios de las emisiones históricas se pueden atribuir a 90 entidades

En España, diez firmas concentran el 65% del C02 industrial y energético

Explosión ocurrida en una refinería de Texaco en Wilmington (EE UU) el pasado noviembre. / Sam Mircovich (Reuters) (EL PAÍS)

Si de verdad se quiere evitar que las temperaturas suban dos grados antes de fin de siglo, dos tercios de las reservas de combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón) se deben de quedar donde están, bajo tierra y sin utilizar. El dato, de la Agencia Internacional de la Energía, implica que hasta 2050 no se pueda explotar más de un tercio de las reservas y para ello hay que contar con el apoyo de las grandes multinacionales, dueñas de estos combustibles y no siempre receptivas a las políticas de cambio climático.
Un estudio reciente, elaborado por el científico estadounidense Richard Heede, del Instituto de Responsabilidad Climática, concluye que casi dos tercios (un 63%) de las emisiones de dióxido de carbono y metano mundiales se pueden atribuir a 90 empresas. En España, una docena de firmas concentró el 65% de las emisiones de C02 del sector industrial y energético en 2009, según cálculos realizados por el ecólogo Fernando Prieto, fundador del extinto Observatorio de Sostenibilidad.
El experto estadounidense considera clave que se conozcan quiénes son los principales emisores para que la sociedad les exija responsabilidades sociales, con pleitos o reclamaciones, igual que ocurrió en la lucha para que las empresas tabaqueras reconocieran los efectos sobre la salud de sus productos. “Identificar quiénes son y han sido históricamente los principales proveedores de emisiones puede proporcionar una información útil para la futura presión social y global”, concluye el autor.
El trabajo de Heede, publicado en la revista Climatic Change, analiza las emisiones acumuladas entre 1854 y 2010 (914 gigatoneladas de CO2). El listado está liderado por empresas estatales, como la rusa Former Soviet Union, con un 8,94% de las emisiones globales, seguido de China (8,56%) y las compañías estadounidenses Chevron Texaco (3,52%) y ExxonMobil (3,21%). La única presencia española aparece en el puesto 45, que ocupa Repsol con un 0,23% de las emisiones globales.
“Identificar quiénes son ayuda a ejercer presión social”, dice el científico Heede
Las emisiones de un país dependen de sectores fijos (instalaciones industriales, energéticas, cementeras, siderúrgicas, refineras...) y sectores difusos (el resto de emisiones, entre las que se encuentra, por ejemplo el transporte o el residencial). Los porcentajes varían según el año. En 2011, por ejemplo, un 35% de las emisiones totales de España se atribuyó a sectores fijos y un 65% a los difusos.
Fernando Prieto calcula que tan solo 10 empresas españolas, principalmente del sector energético, acumulan el 65% de las emisiones españolas de carácter fijo (aquellas que dependen de instalaciones industriales y energéticas). En los primeros puestos están las eléctricas Endesa y Gas Natural Fenosa, con un 22% y un 9% del total de emisiones por sectores fijos. Continúa Repsol con un 9%, e Hidrocantábrico, Iberdrola o E.ON, con un 6% cada una. En su trabajo ha tomado como referencia el año 2009, por ser el año medio en toda la serie histórica disponible, entre 1990 y 2012. En ese año se emitieron 334 millones de toneladas. La media del periodo es de 331 millones de toneladas. Los datos están verificados por el registro nacional de emisiones y publicados en el BOE.
“Aunque los ciudadanos emitimos CO2 en nuestro consumo energético diario, como transporte o estilo de vida, es evidente que no tenemos la misma responsabilidad que las empresas que emiten miles de toneladas de C02”, opina Prieto. Si se calculan las emisiones por sectores a la energía le correspondería el 51%, seguido de las cementeras, (9%), refineras y petroleras (11%), siderurgia (8%) y el resto de sectores otro 11%.
Algunas empresas, como Endesa, Gas Natural Fenosa o Iberdrola llevan años con proyectos para reducir su huella en el clima. En Endesa aseguran que han bajado las emisiones un 46% con respecto a 1990 y que en 2012 más del 48% de su producción global era libre de emisiones (bien por generación a través de fuentes renovables, hidráulica o nuclear). En Gas Natural Fenosa han contabilizado una bajada de emisiones de un 12% entre 2010 y 2012 e Iberdrola se ha propuesto “alcanzar una reducción del 30% para 2020 con respecto a 2007”.
Endesa participa en uno de los 12 proyectos europeos de captura y almacenamiento de carbono (CCS) hasta 2015 y apuesta por el vehículo eléctrico para contribuir a un modelo de desarrollo sostenible. Gas Natural Fenosa por el uso del gas natural, un combustible con menos emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y su uso como alternativa a los derivados del petróleo. En Iberdrola están impulsando energías completamente limpias, con proyectos de eólica marina, de energía de las olas o de las corrientes. “Con el cierre de todas las plantas de fuel en España y algunas de carbón hemos reducido de forma significativa las emisiones”, precisa un portavoz de esta compañía.

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