El número de muertes supera por vez primera al de nacimientos en España
El dato del primer semestre no se producía desde el mismo periodo de 1999
La caída de población española avanza más rápido de lo previsto. El Instituto Nacional de Estadística acertó en sus previsiones del pasado año al estimar que sería en 2015 cuando se cruzaría la línea roja del crecimiento vegetativo negativo. Por vez primera ha sucedido en el primer semestre según los datos provisionales publicados hoy. Ese hecho, que no se registra en ejercicios completos desde la Guerra Civil o la epidemia de la gripe española en 1918, podría no ser definitivo debido a que los primeros meses del año hay un incremento sustancial de defunciones, respecto al segundo semestre, pero lanza una señal de alarma en torno a un problema que sufre la sociedad española. En el primer semestre de 1999 se produjo también un crecimiento natural negativo que se corrigió en el segundo. "Cabe señalar que los primeros semestres de cada año se caracterizan por presentar saldos vegetativos más bajos que los registrados en el conjunto del año, al tener mayor mortalidad y menor natalidad que los segundos semestres. No obstante, un saldo negativo durante el primer semestre no implica necesariamente que se mantenga para el conjunto del año", advierte el INE.
En el primer semestre el número de nacimientos fue de 206.656 mientras que las defunciones ascendieron a 225.924, con un crecimiento negativo de 19.268, y de 23.179 respecto al mismo periodo del año pasado. El número de nacimientos de madre extranjera supuso el 17,4% del total de nacimientos, frente al17,8% del mismo semestre del año pasado, con lo que mantuvo una ligera tendencia descendente.
El mayor número de defunciones que nacimientos irrumpe no solo porque el número de muertes es elevado, sino porque, además, el de nacimientos es muy bajo. El número de nacimientos en España, en el primer semestre de 2015, ha confirmado la tendencia a la baja que experimenta ese dato desde 2008 y ha marcado un mínimo desde 2010, con 206.656 nacimientos, un 0,8% menos que en el mismo periodo del año anterior. Un dato que, de confirmarse con la estadística del segundo semestre de este año, empeoraría la ya mala situación de España en el clasificación de países con la peor situación demográfica.
España es el quinto país de la UE en esa lista negra, ya que las españolas son las europeas que más tarde tienen hijos y las terceras que menos tienen. En 2050, si nada cambia, la población en edad de jubilación habrá duplicado al número de menores de 15 años y en 2080 se habrá alcanzado uno de los escenarios más temidos por los sociólogos: la inversión de la pirámide poblacional, según los datos de un estudio presentado a finales del pasado año en el Parlamento Europeo por el Instituto de Política Familiar.
Las previsiones del INE confirman esa vía. España perderá un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones hasta 2064, según la proyección de población a 50 años del instituto. Y si se mantienen las tendencias demográficas actuales, la población se reducirá de los 46,5 millones (enero de 2014) a 45,8 millones en 2024 y 40,9 en 2064 (un 12%).
Si el crecimiento vegetativo o natural de la población es la diferencia entre el número de nacidos y el número de fallecidos en un lugar durante un año, la situación no es mejor cuando hablamos del crecimiento real, es decir, cuando al crecimiento vegetativo le sumamos la inmigración y le restamos la emigración.