miércoles, 22 de marzo de 2017

Más nubes curiosas

Beautiful Cloud Formations (60 pics)
Lenticulares
Beautiful Cloud Formations (60 pics)
Mammatus
Beautiful Cloud Formations (60 pics)
Volutus
Imagen relacionada
Asperita

Origen de los Atlas de nubes. Organización Metereológica Mundial

Los orígenes del Atlas Internacional de Nubes se remontan al siglo XIX. La Conferencia Meteorológica Internacional publicó, en 1896, el primer Atlas Internacional de Nubes, compuesto por 28 imágenes en color.
El Atlas de Nubes actual consta de dos Volúmenes y se publicó originalmente en 1956. El Volumen I es un detallado manual técnico de normas. El Volumen II contiene alrededor de 220 placas de fotografías de nubes y algunos otros meteoros (tales como tipos de precipitación, calima, arco iris y relámpagos).
Cada fotografía está acompañada de un texto explicativo para que puedan entenderse las imágenes del Volumen II sin necesidad de las detalladas definiciones y descripciones técnicas que figuran en el Volumen I. El Atlas se ha revisado y actualizado en varias ocasiones. En la última, que data de 1987, se añadieron nuevas fotografías.
El Equipo de expertos de la OMM encargado de la actualización del Atlas de Nubes ha recomendado que el Atlas de Nubes revisado, que figura en la web, integre los volúmenes I y II en una versión conjunta.  Ello está sujeto a la aprobación del Consejo Ejecutivo de la OMM.
Clasificación de las nubes
El sistema internacional actual de clasificación de nubes en latín se remonta a 1803, cuando el meteorólogo aficionado Luc Howard escribió el libro The Modifications of Clouds.  La OMM actualmente reconoce diez géneros de nubes (clasificaciones básicas), que describen en qué parte del cielo se forman y su apariencia aproximada:
Nubes altas: Cirrus,  Cirrocumulus, Cirrostratus;
Resultado de imagen de cirrucumulus Cirrocumulus
 Cirrostratus

Nubes medias: Altocumulus, Altostratus, Nimbostratus

Altocumulus.jpgAltocumulus
Altostratus
Nimbostratus


Stratocumulus

Stratus
Cumulus

Cumulonimbus


Estos géneros se subdividen en 14 especies (clasificaciones secundarias), que describen la forma y estructura interna, y 9 variedades (clasificaciones terciarias), que describen la transparencia y la disposición de las nubes. No todos los géneros tienen todas las especies y no todas las especies tienen todas las variedades, pero en total hay aproximadamente 100 combinaciones. Además, en los tres primeros niveles de la clasificación también se definen determinados rasgos complementarios y nubes accesorias.
El Equipo especial de expertos internacional ha estudiado la posibilidad de que haya nuevas clasificaciones de nubes y propone que se reconozca la nueva especie Volutus (del latín volutus, que significa "enrollada"). También propone algunas “nubes especiales” nuevas como Homogenitus (del latín homo, que significa "hombre" y genitus, que significa "generada" o "creada"). Una de sus denominaciones habituales es "estela" (de los aviones).
Asperitas
La propuesta que más interés ha suscitado ha sido la de la asociación Cloud Appreciation Society, con sede en el Reino Unido, con el objeto de reconocer la llamada nube asperitas (del sustantivo latín que significa "rugosidad"). El Equipo especial de expertos internacional la definió como una formación compuesta de estructuras en forma de onda bien definidas en la parte inferior de la nube, más caótica y con menos organización horizontal que la nube undulatus.  Se caracteriza por ondas localizadas en la base de la nube, ya sean lisas o moteadas con rasgos más pequeños, que a veces descienden en puntas afiladas, como si se estuviera viendo una superficie rugosa del mar desde abajo. Los distintos niveles de iluminación y de espesor de la nube pueden dar lugar a efectos visuales espectaculares.
La variedad de nube undulatus ya existe en el tercer nivel de clasificación, que se asocia generalmente con las nubes estratiformes. El Equipo de expertos ha propuesto que la nube asperitas (téngase en cuenta la ortografía: se denomina así por el sustantivo en latín que significa "rugosidad") se incluya como un nuevo rasgo complementario y ha elegido una imagen para que se incorpore en el nuevo Atlas, a partir del concurso organizado por la asociación Cloud Appreciation Society.
Todas las propuestas están sujetas a la aprobación del Consejo Ejecutivo de la OMM.
El Volumen I del Atlas de Nubes es un manual técnico de normas y, por lo tanto, toda revisión conllevará una modificación de los reglamentos técnicos de la OMM. El Congreso Meteorológico Mundial, celebrado en junio, aprobó una propuesta para que ese proceso pueda llevarse a cabo  distancia, sin necesidad de celebrar una reunión formal. También hizo hincapié en la necesidad de contar con recursos adicionales para financiar el proyecto y una publicación impresa.

Nuevos tipos de nubes. Diario El País

Naciones Unidas identifica 12 nuevos tipos de nubes


La revisión del atlas de masas nubosas incluye formaciones como las asperitas, similares a la superficie del mar

Altostratus asperitas, en el Observatorio Atmosférico de Izaña (Tenerife).
La Organización Meteorológica Mundial presentará mañana el nuevo Atlas Internacional de Nubes, una publicación de referencia que no se actualiza desde 1987. Aquella edición en papel, anterior a la era de internet, ha llegado a ser un libro de culto entre los aficionados a observar el cielo.
El atlas se publicó por primera vez en 1896, con tan solo 28 imágenes en color. La edición de este año, en formato digital, incluye cientos de fotografías e identifica 12 nuevos tipos de nubes. Como los animales, las nubes se clasifican en géneros, especies y otras categorías inferiores, con nombres en latín. Los géneros describen la apariencia aproximada de las nubes y dónde se forman, como ocurre con los altocumulus, unas formaciones que en el cielo parecen un rebaño y protagonizan el refrán “Borreguitos en el cielo, charquitos en el suelo”. El nuevo atlas no añade ningún nuevo género a los 10 ya existentes.
Una nube de tipo cavum captada con un teléfono móvil.
Una nube de tipo cavum captada con un teléfono móvil.
La versión de 2017 sí describe una nueva especie, bautizada volutus o nube enrollada. Es una masa nubosa de escasa altura, en forma de tubo que parece enrollarse en un eje horizontal, según detalla un comunicado de la Organización Meteorológica Mundial. La institución, de Naciones Unidas, también incluye una nueva nube accesoria, denominada flumen o cola de castor. Suele aparecer asociada a fuertes tormentas en rotación conocidas como supercélulas.
La entidad añade a su vez cinco nuevos rasgos complementarios: asperitas, cavum (con un agujero), cauda (o nube de cola), fluctus y murus (o nube de muro). El primero, asperitas, llega al atlas entre un clamor popular, gracias a una campaña de la asociación británica Cloud Appreciation Society, dedicada a promover la admiración de las masas nubosas. La ONG propuso su inclusión en 2008, después de que muchos de sus miembros captaran por todo el mundo fotografías de nubes que se asemejaban a la superficie ondulante del mar vista desde abajo. “Es el clásico ejemplo de ciencia ciudadana, en la que las observaciones de la población, permitidas por la tecnología de los teléfonos inteligentes e internet, han influido en un sistema de clasificación oficial”, sostiene la asociación.
Una nube de tipo fluctus.
Una nube de tipo fluctus.
El nuevo atlas también introduce cinco nubes especiales más. Cuatro de ellas están relacionadas con factores localizados que disparan la formación de las nubes: cataractagenitus, vinculadas a cataratas; flammagenitus, observadas sobre fuentes de calor intenso, como incendios forestales; silvagenitus, típicas de bosques húmedos; y homogenitus, generadas a partir de las estelas de condensación que dejan los aviones. Las homomutatus son nubes ya existentes que se modifican con el paso de aeronaves.
“Han tardado 30 años, pero han hecho una revisión bastante buena. Es una guía de referencia que ya era necesaria”, opina el especialista español Rubén del Campo, observador de nubes en la Agencia Estatal de Meteorología. El nuevo atlas incluye una imagen tomada por él de un cirrus castellanus, una nube poco frecuente con una especie de torrecillas.
Una nube homogenitus, generada a partir de la estela de un avión.
Una nube homogenitus, generada a partir de la estela de un avión.
“Si queremos predecir el tiempo, debemos entender las nubes. Si queremos modelizar el sistema climático, debemos entender las nubes. Y si queremos predecir la disponibilidad de recursos hídricos, debemos entender las nubes”, ha defendido el finlandés Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial.
El sistema internacional de clasificación de las nubes se remonta al trabajo pionero del británico Luke Howard, un meteorólogo aficionado que en 1803 publicó un ensayo sobre la modificación de las masas nubosas. En la actualidad se conocen unos 100 tipos de nubes, sumando las combinaciones entre las diferentes categorías.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Inmigración en España. Diario El País


La metamorfosis de España


Siete gráficos sobre inmigración para entender cómo ha cambiado la composición de la sociedad en las últimas dos décadas

En los últimos 20 años, España se ha convertido en el destino de millones de migrantes: en 1998, solo el 1,6% de los empadronados es extranjero, poco más de medio millón de personas. Hoy la cifra supera los cuatro millones y medio, lo que equivale a casi el 10% de población. También el origen de quienes eligen España para echar raíces cambia a lo largo de las dos pasadas décadas: los rumanos superan a los colombianos y los marroquíes siguen siendo los más numerosos, según las estadísticas del padrón. Muchos de ellos contribuyen a engrosar las filas de la Seguridad Social (de los 300.000 trabajadores afiliados en alta en 1998 a los 1,6 millones el año pasado), y muchos otros adquieren la nacionalidad española. Y confirman una tendencia que parece no tener vuelta atrás.
Población española
Tanto la población española como la extranjera crece a lo largo de los años: en 1998 hay 39,8 millones de personas empadronadas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero solo el 1,6% tiene nacionalidad diferente a la española. A partir del año 2000, al calor del crecimiento económico, el número de inmigrantes que vive en España adquiere otra magnitud y en 2011 alcanza un récord histórico: el INE contabiliza 5,7 millones de extranjeros empadronados, equivalentes al 12,19% de la población y casi 10 veces más que en 1998. La fuerte crisis económica que estalla en 2008 se convierte, sin embargo, en un importante desincentivo para seguir viviendo en el país. El número de extranjeros empadronados empieza a disminuir, en buena medida (pero no exclusivamente) porque los ciudadanos expatriados comienzan a sentirse cada vez más seducidos por sus lugares patrios frente a un país de acogida ahogado en el paro y en una economía menguante. En un lustro, el padrón pierde un millón de inmigrantes: en 2016 la estadística refleja 4,6 millones de extranjeros viviendo en el país. Pero España ya no es la misma.
De dónde vienen
Con el paso del tiempo muta también el origen de los inmigrantes que eligen España como su residencia —con la excepción de la comunidad marroquí, que siempre ha estado entre las más numerosas en el país—. En 1998, entre los 10 grupos con más presencia se encuentran marroquíes, británicos, alemanes, portugueses, franceses, peruanos, argentinos, italianos, dominicanos y holandeses. Años más tarde, colombianos y ecuatorianos se convierten en los indiscutibles protagonistas de la inmigración latinoamericana, seguidos por los bolivianos. Los rumanos empiezan a ganar peso en 2001, hasta transformarse en la comunidad extranjera con más empadronados de España entre 2008 y 2015; los chinos, por su parte, empiezan subir con cada vez más fuerza en las estadísticas del INE a partir de 2009. En 2016 son la cuarta nacionalidad con más presencia en el país.
Inmigrantes con papeles
El número de inmigrantes con papeles empieza a crecer desde los años 80, cuando el Gobierno inicia una serie de "regularizaciones" de los extranjeros que están trabajando en la economía sumergida. Entre 1995 y 2005, tanto populares como socialistas impulsan cuatro sucesivas "normalizaciones" dirigidas a inmigrantes que cumplan con determinados requisitos. Las instituciones comunitarias critican el "efecto llamada" provocado por estas políticas y en 2007 establecen que toda regularización tiene que consultarse con los demás socios europeos. Ese año, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, insiste en que el proceso de regularización puesto en marcha en 2005 fue "necesario, conveniente y positivo". Actualmente, hay 4,9 millones de extranjeros con tarjeta o certificado de residencia en vigor, según los datos del Observatorio Permanente de la Inmigración. Esta cifra es superior al número de empadronados, algo que se debe a diferencias metodológicas que no hacen fiable la comparación entre las dos series, alertan Blanca Garcés y Elena Sánchez, investigadoras del Cidob, think tank especializado en relaciones internacionales y desarrollo. "El mecanismo del INE ha cambiado y hay muchos que no renuevan el padrón cuando se mudan", aseguran.
Trabajadores inmigrantes
Así como crece el número de inmigrantes empadronados en las últimas dos décadas, también lo hace la cifra de afiliados a la Seguridad Social en alta laboral. El pico máximo se alcanza en 2007, cuando el organismo previsor cuenta con casi dos millones de cotizantes extranjeros entre sus filas. Hasta ese momento, el mercado laboral español es capaz de absorber a los trabajadores que vienen desde fuera: la economía avanza y la mano de obra inmigrante, más barata y muchas veces empleada para ocupaciones poco cualificadas, se convierte en una de las locomotoras del crecimiento que empuja el aumento de la riqueza nacional. Pero el idilio se rompe con la crisis y el pinchazo de la burbuja: España, con una tasa de paro que llega a rozar el 27% en 2013, pierde de repente todo su atractivo de cara a los inmigrantes. El número de trabajadores extranjeros en alta laboral disminuye, y solo en los últimos dos años ha vuelto a crecer (hasta los 1,6 millones en 2016), sin haber llegado todavía a recuperar los niveles precrisis.
Trabajadores inmigrantes
El número de inmigrantes en España disminuye en los últimos años no solo porque muchos vuelven a su país de origen por la difícil situación económica; la cifra empieza a reducirse también porque un número considerable de extranjeros logra el pasaporte español. Según el Observatorio Permanente de la Inmigración, entre 1995 y 2015 más de 1,2 millones de personas adquieren la nacionalidad española por residencia (el tiempo para obtenerla varía según la nacionalidad de la persona; si se ha nacido en España o se posee la condición de refugiado, entre otras cosas), la modalidad más común de nacionalización. Es más: según los datos de Eurostat, España es el tercer país de la Unión Europea que más extranjeros nacionaliza entre 2005 y 2014, superado solo por Reino Unido y Francia, y el que más pasaportes otorga a inmigrantes en 2014 y 2015.
Los nuevos españoles
Después del pico de nacionalizaciones por residencia de 2013, cuando 261.295 inmigrantes obtienen el pasaporte español, los números empiezan a desinflarse y vuelven a los niveles de 2009. Ese año, ecuatorianos y colombianos ya llevan casi un lustro siendo los extranjeros que más se nacionalizan españoles. Una década antes, era a argentinos, peruanos y dominicanos a quien el Estado español más concedía la nacionalidad. La comunidad marroquí, según los datos del Observatorio Permanente de la Inmigración, es la que tiene a más personas nacionalizadas españolas en los últimos dos años: más de 170.000, casi la misma población de Zamora.
Trabajadores inmigrantes
España no es un país particularmente generoso con las concesiones de asilo, una protección otorgada por el Estado a aquellas personas que huyen de conflictos o persecuciones que amenazan o impiden el ejercicio de sus derechos fundamentales. Las tasas de admisión entre 1995 y 2015 han sido, de media, del 20%. Pero tampoco es un país que reciba muchas solicitudes, por lo menos hasta 2015, cuando el conflicto en Siria y Ucrania causa un repunte en las peticiones y las lleva a su récord histórico, con 15.000 solicitantes de protección en España, un aumento del 70% con respecto a 2008. Esta cifra sigue sin embargo representando solo un 1% del total de solicitudes recibidas en la Unión Europea, muy lejos de las más de 440.000 registradas en Alemania durante el mismo año, según datos de Eurostat.

Exprimir hasta la última gota de un río: el viaje imposible del Guadiana hacia el mar. El Diario.es

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