Guerra ganadera en Doñana: ya hay más vacas y yeguas que ciervos
La alta presencia de ganado y yeguas enfrenta a los científicos con la dirección del parque nacional. Merma la población de conejos, principal alimento del lince y el águila, y destruye nidos de aves
En el espacio natural de Doñana viven unos 2.500 ciervos, según el último censo. Y 2.670 yeguas y vacas, sólo incluyendo a las mayores de un año. Esta alta presencia de ganado genera un doble conflicto. El que ya enfrenta a los científicos de la Estación Biológica de Doñana (EBD) con la dirección del parque nacional; y a dos pueblos vecinos, Hinojos y Almonte.
La situación no es como en los 90, cuando ganaderos almonteños entraron en el parque a la fuerza, y aparecieron quemadas algunas instalaciones de Doñana. Pero la tensión va en aumento, sobre todo desde que el nuevo plan de uso del parque convierte a casi toda su superficie en susceptible de pastoreo.
En Doñana viven tres razas autóctonas y amenazadas: la yegua marismeña, la vaca de la Retuerta y la vaca marismeña. Los ganaderos son vecinos de Hinojos y Almonte, hereditarios de una tradición de siglos. También obtienen con el vacuno subvenciones europeas, y con el caballo una oportunidad de lucimiento social y de disfrute de Doñana al poder entrar al parque.
El conflicto con los científicos lleva al director de la EBD, Xim Cerdá, a afirmar que la dirección del parque "no nos hace ni caso, es un muro, nos hemos cansado y queremos denunciarlo". Al margen de las discusiones, la EBD ha elevado una queja formal por el nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) aprobado por la Junta, que abre "en caso de necesidad" el uso ganadero a casi todas las fincas de Doñana. Algunas muy delicadas, "como Caracoles, el único lugar donde se ve la evolución del ecosistema" sin presencia ganadera.
Ramón Soriguer, experto de la EBD en este tema, subraya los problemas ecológicos que causa. El principal, el sobrepastoreo, que acaba con el conejo, el alimento clave para el lince y el águila, y con especies vegetales protegidas. El pisoteo es otro de ellos, sobre todo cuando hay sequía y las vacas y caballos se desplazan en busca de pasto, aplastando nidos de aves rastreras.
La Asociación de Ganado Marismeño ha animado a sus asociados a no colaborar con una investigación de la EBD sobre movimiento del ganado dentro de Doñana, lamenta Cerdá. Desde la Asociación de Ganado Marismeño, su secretario, Sergio Nogales, considera que "acabar con el ganado no soluciona nada, pues es lo que más regulado está" en Doñana. Él cifra en 1.800 las cabezas mayores de un año de los miembros.
Esa asociación aglutina a 617 ganaderos, que aprovechan unas 40.000 hectáreas de las 120.000 del espacio natural. Todas las plazas para ganado disponibles en el parque están ocupadas, y Nogales insiste en que "el ganado es beneficioso para el medio ambiente; el hombre ha creado lo que ahora es Doñana, aquello no es una selva virgen".
Mientras que los ganaderos de vacuno viven en parte de esto, los de equino ya no. En su caso su importancia radica en su tradición. O, como dice con sarcasmo un antiguo director del parque, "son aficionados al Rocío que les sale gratis" tener a la montura en Doñana. En lo que coincide con Juanjo Carmona, de la organización conservacionista WWF: "Hay quien desea tener caballos en Doñana para su diversión, para el postureo".
Los ecologistas de WWF han elevado a la Junta alegaciones al plan ganadero de Doñana. Consideran que "no hay justificación técnica ni científica para que se aumente" el ganado y consideran que "se debe reducir para la conservación del espacio natural".
Los datos que da la Junta de Andalucía incluyen a las 150 vacas y 150 caballos de la Retuerta que gestiona la propia EBD para su conservación. Además de los 2.500 ciervos, existen unos 1.000 gamos, según esta entidad científica. La Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible recalca que el nuevo PRUG, de 2016, reconoce a la ganadería como "aprovechamiento tradicional", pero marcando "carga máxima por finca, las normas de manejo, y determinaciones que eviten una incidencia relevante en la conservación". Entre ellas fijar áreas sin aprovechamiento ganadero (zonas de reserva), o medidas de exclusión temporal por motivos de conservación.
Dos pueblos en conflicto
El conflicto entre los dos pueblos doñaneros surge cuando Hinojos restringe en 2010 la presencia de ganaderos almonteños en su espacio dentro del parque. De las más de 400 plazas les dejan 99. Hinojos ya había creado en 1991 la Traída de las Yeguas una fiesta idéntica a la famosa y con más de 500 años Saca de las Yeguas almonteña. Ambas consisten en sacar de Doñana a los animales, y devolverlos días después.
Ese conflicto lleva a la Junta a buscar sitio a las yeguas de los almonteños dentro de Doñana. Tanto la EBD como WWF señalan que el carácter "rociero" y las simpatías con los ganaderos del anterior consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, explica la decisión de asegurarles el pasto gratuito. En esos momentos es presidente de los ganaderos Francisco Chavero, antiguo guarda de Doñana y condenado en 2012 por tráfico de hachís a través del parque. Él impulsó y logró la supresión de la Saca en 2017 como protesta por el uso de pastos. El año siguiente se reanudó.