URBANISMO
Una calle de Madrid que llegue a Moscú: la utopía de Arturo Soria en Ciudad Lineal
Con idea de resolver los problemas sociales de la época, Arturo Soria concibió en el siglo XIX un proyecto de ciudad sin límite, que llegaría hasta Pekín o Moscú. Esta es su historia
Si hay un distrito en Madrid que llama la atención por su peculiaridad es, sin duda, Ciudad Lineal, el proyecto de Arturo Soria. De una manera utópica, que nunca llegó a poder realizarse, Soria pretendía crear una verdadera ciudad lineal ideal, que recorrería Europa (e incluso el mundo) y sería nexo de ciudades puntuales, yendo hasta San Petersburgo o incluso Pekín.
Para Soria, la escasez de viviendas para obreros, la escasa higiene de las mismas y el precio del suelo eran los principales problemas de Madrid durante el siglo XIX. Contrario como era a la planificación ortogonal, propuso esta ciudad lineal en donde una calle principal que podía no tener límite (de ahí que llegara hasta Pekín) en función de las necesidades, sirviese de eje de comunicación, con calles paralelas donde se enlazasen las viviendas, unifamiliares y con jardín, en un estilo americano. En consecuencia, su propuesta trataba de corregir el problema de hacinamiento de la clase obrera española, de acuerdo con los principios higienistas de la época. Además, se inspiró en las ideas de algunos socialistas utópicos como Owen o Cabet, o de urbanistas como Olmsted y Herbert Spencer.
La escasez de viviendas para obreros, la escasa higiene de las mismas y el precio del suelo eran los principales problemas de Madrid
"Soria propuso un concepto urbanístico que funcionará como ciudad y línea de conexión al mismo tiempo", explica Pablo Gómez, arquitecto y director de Rez Estudio. "Para entender cómo surge un planteamiento como éste debemos ponernos en contexto en el momento en que Arturo Soria en 1886 propuso la idea de Ciudad Lineal. Era un plan urbano pensado para resolver los problemas sociales y la especulación en las ciudades. Era una propuesta de progreso. Tiene precedentes que surgen como respuesta al crecimiento de las ciudades y su relación con la industria y la tecnología. Desde Owen, Fourier, Cabet o Ildefons Cerdà, el objetivo es buscar la forma de resolver la conexión entre la necesidad social y la innovación técnica".
En propias palabras de Soria, trataba de ruralizar la vida urbana o urbanizar el campo, consiguiendo que cada familia contara con su propio pedazo de terreno completamente separado de los demás. Su propuesta, por tanto, se alejaba de las características ideas de hacinamiento y recolocación de las clases obreras debido a la falta de espacio (ejemplo de ello, los Banana Flats en Edimburgo, de carácter brutalista, que ya mencionamos en otra ocasión). "Ni sótano, ni buhardilla, ni aglomeración de miserias que en las modernas construcciones benéficas se juntan y procrean nuevas miserias", explicaba en sus escritos.
Su idea era unir los núcleos circundantes de Madrid mediante un ferrocarril, uniendo Pozuelo, Carabanchel, Villaverde, Vallecas, Vicálvaro, Canillas, Hortaleza y Fuencarral
La Ciudad Lineal, aunque en la periferia, debía estar ligada a un medio de transporte colectivo. Su idea era unir los núcleos circundantes de Madrid mediante un ferrocarril o tranvía, uniendo así zonas tan diferenciadas como Pozuelo, Carabanchel, Villaverde, Vallecas, Vicálvaro, Canillas, Hortaleza y Fuencarral, cerrándose en el Pardo mediante un anillo de circunvalación. El proyecto, aunque llevaba pensado desde 1882, no pudo ponerse en práctica mediante aprobación municipal hasta diez años después.
Para llevar a cabo su idea, Arturo Soria creó la Compañía Madrileña de Urbanización, con la idea de construir un collar de 50 km (que al final solo sería de cinco), y adquirió terrenos en la despoblada zona este de la ciudad. El proyecto se paralizó durante la Guerra Civil Española y, unido esto a la vejez de Soria llevó a que irremediablemente, pese a lo ambicioso, tuviera que conformarse con lo que hoy conocemos. No todo el mundo estaba a favor de la curiosa idea: el escritor Ramón Gómez de la Serna calificó el barrio como "ciudad muerta", por encontrarse muy lejos del núcleo urbano de Madrid. Sea como fuere, sirvió de inspiración posterior para otros arquitectos.
El movimiento francés de la ciudad jardín por ejemplo influyó a Le Corbusier en su tesis 'Les trois établissements humains'
"El instrumento de crecimiento de la Ciudad Lineal de Arturo Soria y Mata influyó enormemente en propuestas posteriores", explica Pablo Gómez. "El movimiento francés de la ciudad jardín por ejemplo influyó a Le Corbusier en su tesis Les trois établissements humains, y muchos otros emplearon ideas en sus propias propuestas de ciudad lineal, como La ciudad de Metrolinear, de Regunald Malcolmson; el proyecto de Ciudad Lineal de Pampus en Amsterdam, de Jo van den Broek y Jaap Bakema; o la ciudad lineal de Stalingrado, de Nikolai Milyutin, compuesta por franjas paralelas. También se adoptaron influencias de pequeños elementos o partes del sistema que planteó Arturo Soria para experimentar con opciones adicionales. Uno de los ejemplos más directos puede ser la Roadtown de Edgar Chambless".
Frente a la ciudad utópica que se había planteado hasta el momento, en la que la comunidad se alejaba de los problemas sociales, Gómez asegura que Soria planteó una adaptación al desarrollo y una respuesta para la prosperidad de la ciudad y sus habitantes. "Tiene mucho interés en sentido arquitectónico y social analizar este modelo por supuesto, aunque puede entenderse más como algo conceptual, social y urbanístico que como una propuesta posible. Hoy en día nos enfrentamos a grandes exigencias en términos de eficiencia y sostenibilidad y, en ese sentido, la respuesta parece ser habitar la altura, ya que permite aprovechar el espacio al máximo. El concepto de ciudad lineal se está aplicando de ésta manera. Una ciudad lineal que crece en altura, que se conecta y que es a la vez ciudad", concluye.