España pierde población por la caída del número de extranjeros
El número de foráneos desciende en casi 300.000 en un año
El padrón baja cerca de 150.000 personas a 1 de enero de 2015
Madrid
Los datos del INE corrigen levemente al alza los que ya avanzó en abril. El descenso del número de extranjeros en casi 300.000 personas es el factor que explica que España pierda población. Es el cuarto año consecutivo que bajan, pero aún representan el 10,14% de la población. Tras esta reducción están la marcha de inmigrantes a su país de origen o a otros países y sobre todo las nacionalizaciones, que también han ayudado a que el número de españoles inscritos en el padrón avance un 0,35% (146.884 españoles más). Los datos provisionales del INE facilitados el pasado junio señalan que 205.870 personas adquirieron la nacionalidad española en 2014.
Menos población en el futuro
Junto a los movimientos migratorios, la población depende de las cifras de natalidad y mortalidad. En 2014 los nacimientos en España aún superaron a las muertes en 31.678 personas, el saldo más bajo desde el año 2000, pero para el año recién concluido se prevé que por primera vez desde la Guerra Civil haya más defunciones que partos.Ello se ha traducido en 19.268 fallecimientos más que nacimientos, en línea con las predicciones de los expertos, que anuncian el comienzo de una nueva era de más lápidas y menos cunas: el INE espera que España pierda más de un millón de habitantes en los próximos 15 años y que en 2063 los fallecidos superen a los nacidos en 330.423 personas. Al acabar ese año casi cuatro de cada diez habitantes tendrá más de 65 años y la población española será de 40,9 millones, casi seis millones menos que en la actualidad, el equivalente a perder la población de Madrid, Barcelona y Valencia juntas.
"El número de fallecidos no dejará de aumentar. Las generaciones que llegan a edades muy avanzadas son cada vez más amplias y las que llegan a edad reproductiva menos numerosas. De ellas nacerán menos hijos a no ser que aumente su fecundidad para compensar que son menos, algo altamente improbable", explica Pau Miret, investigador del Centro de Estudios Demográficos de Barcelona.
Más allá del descenso de la población, el principal reto es el envejecimiento. La edad media de la población no deja de subir debido a varios factores: los españoles dejan el hogar familiar más tarde que el resto de europeos, a los 28,9 años de media, lo que contribuye a retrasar la formación de una familia. Las madres dan a luz su primer hijo a los 31,8 años y la fecundidad es de 1,32 hijos por mujer, inferior a la media europea y muy lejos de la tasa de reemplazo generacional, fijada en 2,1 hijos.
“La tasa de dependencia —la proporción de personas mayores de 65 años respecto a las de entre 20 y 65 años— sufrirá una subida persistente por la caída de los nacimientos. Eso complicará la sostenibilidad del sistema de pensiones incluso si se reduce el paro. Todo quedará en manos de una hipotética mejora de la productividad”, sostiene José García Montalvo, catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra. El economista advierte de otras posibles consecuencias: una importante caída de la demanda de primera vivienda o que los políticos centren sus propuestas en el amplio granero de votantes de avanzada edad en detrimento de los jóvenes.
Aumentan las personas con más de 100 años
El envejecimiento de la población española, impulsado por una esperanza de vida que en España se ha situado ya por encima de 83 años, solo inferior a la de Japón, se ha traducido en un aumento del número de personas con 100 o más años. 14.487 personas habían rebasado esta barrera a comienzos de 2015, un 10% más. La gran mayoría de personas que superaron el centenar de años son mujeres (80%).
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